viernes, 27 de junio de 2014

El dictado de su pensamiento

はっと思って向うを見ると、五六間先の小路の入口に一人の女が立っていた。何を着ていたか、どんなっていたか、ほとんど分らなかった。ただ眼に映ったのはその顔である。その顔は、眼と云い、口と云い、鼻と云って、離れ離れに叙述する事のむずかしい――否、眼と口と鼻とと額といっしょになって、たった一つ自分のために作り上げられた顔である。百年の昔からここに立って、眼も鼻も口もひとしく自分を待っていた顔である。百年のまで自分を従えてどこまでも行く顔である。黙って物を云う顔である。女は黙ってを向いた。追いついて見ると、小路と思ったのは露次で、不断の自分なら躊躇するくらいに細くて薄暗い。けれども女は黙ってその中へ這入って行く。黙っている。けれども自分に後をけて来いと云う。自分は身を穿めるようにして、露次の中に這入った。[...]

すると露次は真黒な土蔵の壁で行き留った。女は二尺ほど前にいた。と思うと、急に自分の方をふり返った。そうして急に右へ曲った。その時自分の頭は突然先刻の鳥の心持に変化した。そうして女にいて、すぐ右へ曲った。右へ曲ると、前よりも長い露次が、細く薄暗く、ずっと続いている。自分は女の黙って思惟するままに、この細く薄暗く、しかもずっと続いている露次の中を鳥のようにどこまでも跟いて行った。  

Me doy la vuelta, sobresaltado y, a unos diez metros de distancia, descubro a una mujer apostada a la entrada de una calle. No me fijo ni en sus ropajes ni en su peinado pues su rostro capta toda mi atención. Su cara, el conjunto de sus facciones, los ojos, la boca, la nariz...son difíciles de describir. No. No sólo los ojos, la boca y la nariz; también las cejas y la frente. Todo su rostro parece haber sido cincelado únicamente para mí. Es un rostro que me ha estado esperando en este lugar desde hace tiempo, quizás cien años. Es un rostro que me acompañará por siempre a donde quiera que vaya. Es un rostro que habla en silencio. La mujer se da la vuelta sin mediar palabra. Lo que imaginaba que era una calle pequeña, resulta ser un callejón estrecho y angosto. Tan oscuro y reducido es, que mi resolución es lo único que me impide dar media vuelta. Sin embargo, la mujer lo recorre tranquilamente en silencio. En absoluto silencio. Pero sé que me está pidiendo que la siga. Encojo el cuerpo y me adentro en el callejón tras ella.[...]

El callejón acaba unos metros más allá, bloqueado por las gruesas paredes de un almacén, negro como la pez. La mujer se para a escasos centímetros del edificio. Entonces, de súbito, se vuelve hacia mí y, con la misma rapidez, tuerce a la derecha. En ese instante, mi mente experimenta un cambio repentino. Puedo sentir lo que ha sentido el pajarillo de antes. Yo también doblo a la derecha en pos de la mujer. El callejón que se abre ante mí es más largo y angosto, si cabe, que el anterior, y parece no tener fin. Marcho tras ella al paso que dicta su silencioso pensamiento y penetro en aquella calleja estrecha y lóbrega que avanza hacia el infinito. Ahora soy como el pájaro de esa mañana, y estoy dispuesto a seguirla a donde quiera que vaya.

永日小品 (夏目漱石)
Misceláneas Primaverales (Natsume Sôseki)
 

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