viernes, 24 de enero de 2014

En un campo, en Manchuria...

老人は当人に代って、満洲の に日ならず出征すべきこの青年の運命を余にげた。この夢のような詩のような春の里に、くは鳥、落つるは花、くは温泉のみと思いめていたのは間違である。現実世界は山を越え、海を越えて、平家後裔のみ住み古るしたる孤村にまでる。朔北曠野を染むる血潮の何万分の一かは、この青年の動脈からる時が来るかも知れない。しかしてその青年は、夢みる事よりほかに、何らの価値を、人生に認め得ざる一画工の隣りに坐っている。耳をそばだつれば彼が胸に打つ心臓の鼓動さえ聞き得るほど近くに坐っている。その鼓動のうちには、百里の平野をく高きが今すでに響いているかも知れぬ。運命は卒然としてこの二人を一堂のうちに会したるのみにて、その他には何事をも語らぬ。

Ahora ya conozco el destino de este joven, que partirá en cuestión de días a un campo de batalla en Manchuria. He cometido un error al pensar que lo único que preocupa a los habitantes de una villa como ésta, de poesías y ensueño, es el cantar de las aves, el caer de los pétalos de las flores y el manar de una fuente termal. La realidad ha cruzado montañas y océanos y ha llegado hasta esta tierra huérfana donde viven los descendientes del clan Taira. Quizá llegue el día en que de las arterias de este chico mane sangre a borbotones; quizá llegue el día en que tiña con ella un páramo en Manchuria. Y ese chico está aquí sentado, al lado de un pintor que cree que el valor de la vida humana sólo reside en aquello que podemos contemplar en los sueños. Está tan cerca de mí que si aguzo el oído puedo escuchar el latir de su corazón. Quizá su latido sea la marea que rompe contra las costas de ese campo de batalla, situado a miles kilómetros de aquí. Durante un instante fugaz, el Destino ha querido que nos reuniéramos bajo un mismo techo, pero no tiene nada más que añadir.

草枕(夏目漱石)
Almohada de hierba (Natsume Sôseki)

sábado, 4 de enero de 2014

Tenemos miedo

Nos aferramos a lo poco que tenemos por temor a perderlo. Porque si nos quitan eso no nos queda nada más. Por temor a lo desconocido. Porque lo que queremos solo nos lo puede dar aquellos a los que tememos. Vivimos a la sombra de algo tremendamente grande, que no podemos esquivar, por más que corramos. Y si corremos, dejamos tantas cosas atrás... ¿Qué es lo justo? ¿huir y abandonarlo todo? ¿o aferrarte a la posibilidad de que algún engranaje empiece a moverse? Tantas vidas por cambios tan grandes que acaban tornándose tan pequeños... Nuestro despertador de cada mañana son risas de suficiencia que se acrecientan a medida que pasa el día. Cuando llega la noche nos vamos a dormir pensando que quizá mañana el día sea mejor, porque el consuelo es el clavo al que hemos decidido agarrarnos. Incluso retorcerse con los pies colgando en un negro abismo es preferible a enfrentarse al miedo de lanzarse a él y adentrarse en las profundidades de lo desconocido. Puede que en él te espere la nada. La muerte. Y también puede que haya alguien en el fondo que pueda frenar tu caída, que te tienda una mano, te ayude a levantarte y te lleve a pasear por el abismo, mostrándote un mundo desconocido para ti hasta entonces. El mundo de la auto-liberación. Un lugar en el que no debes aferrarte a lo desconocido, porque vislumbrar lo desconocido será tu meta, tu arma será el valor y el miedo el único enemigo real al que habrás de enfrentarte.